Aunque hay muchas especies que no se pueden cultivar, hay muchas otras que agradecen esta temporada, como por ejemplo los árboles y arbustos de hoja caduca como por ejemplo los rosales, para que en primavera nos sorprendan cuando florezcan.

Se deben proteger aquellas especies delicadas con láminas de protección específica o plásticos, especialmente cuando las inclemencias del tiempo sean más notables con lluvia y viento, haga demasiado frío o incluso nieve.

Por eso hay que conocer las características de las especies que tenemos plantadas en el jardín, dado que así sabremos si pueden aguantar bien el frío o necesitan alguna clase de cuidados especiales.

Te explicamos cómo cuidar tu jardín durante el invierno con un decálogo muy sencillito.

 

1. Limpia las plantas podridas y secas:

Además de tener un aspecto desordenado, las plantas secas pueden albergar enfermedades, plagas y hongos, amén de que los insectos las usen para poner sus huevos en ellas. La mejor solución para estos casos pasa por enterrar estas plantas en el propio jardín, algo que mejorará la materia orgánica del suelo y la salud de la tierra en general.

 

2. Elimina las malas hierbas que puedan haberse apoderado del jardín:

La mayoría de estas malas hierbas permanecen agazapadas sobre la maleza y tienden a reproducirse con mucha facilidad (amapola, estramonio, plantas invasoras), así que resiste la tentación de trasladarlas a otra parte de tu jardín y quémalas para evitar que vuelvan a brotar y arruinen tu jardín.

 

 

3. Prepara la tierra para la primavera:

oxigenar la tierra del jardín en inviernoA pesar de que la mayoría de la gente reserva esta actividad para esa estación del año, el invierno es un buen momento para hacer enmiendas al suelo usando estiércol o abono orgánico. De esta forma, la tierra se enriquecerá enormemente para cuando llegue la primavera.

Una vez hayas nutrido la tierra, puedes cubrirla con un plástico para evitar que las lluvias de invierno eliminen el abono. Este acolchado también protegerá a la tierra de las heladas, escarcha, nieve o inclemencias del tiempo propias de la estación invernal.

 

4. Plantar árboles o cultivos de invierno:

Como el centeno, la arveja, el trébol o los cítricos. Por otra parte, plantar legumbres como los guisantes pueden aumentar los niveles de nitrógeno en la tierra y también será el momento de plantar árboles de hoja caduca. En invierno, los árboles de hoja caduca se vuelven latentes y esto hace que sea el momento perfecto para transportarlos y replantarlos. Sólo debes asegurarte de nutrir la tierra añadiendo un poco de fertilizante orgánico al final del invierno para apoyar el crecimiento en la primavera.

 

 

5. Repón el abono:

El abonado en invierno tiene muchos de los mismos beneficios que el abonado en verano. Algunos de ellos pueden ser la reducción de la pérdida de agua, la protección del suelo contra la erosión o la eliminación de las malas hierbas. Pero el abonado invernal también tiene otros beneficios: al igual que la transición del suelo a un clima más frío, la congelación o el deshielo de la tierra pueden afectar negativamente a las raíces de las plantas de jardín, la adición de una gruesa capa de abono ayuda a regular la temperatura y la humedad del suelo. A su vez, se amortiguarán las heladas fuertes y, a medida que el abono se descompone, se incorporarán nutrientes y materia orgánica fresca a la tierra.

 

 

6. Revisa los cultivos:

Si tienes frutas u hortalizas plantadas debes poder preguntarte ¿ha ido bien la cosecha? Si es así podrías ampliarla añadiendo variedades que maduren más temprano o más tarde en la temporada invernal. Tomar nota de lo que ha ido bien y mal es muy buena ida, de este modo se podrá controlar mejor el control sobre la fertilidad del suelo, los niveles de humedad y la ubicación de las plantas.

 

 

7. Limpiar y afilar las herramientas:

Aunque la mayoría de los jardineros saben que deben mantener las herramientas limpias y bien engrasadas durante todo el año, es difícil mantenerse al día con esta tarea cuando la jardinería está en pleno apogeo. El invierno es un buen momento para rejuvenecer la vida útil de tus herramientas dándoles un poco de atención. Comienza por lavar las herramientas para eliminar la suciedad y si hay óxido, retíralo con papel de lija o un cepillo de alambre. Afila las azadas y palas con una lima y frotar las superficies de las herramientas con un trapo engrasado.

No importa en qué zona vivas (cálida, húmeda, fría, seca), siempre habrá cosas que puedas hacer en invierno para preparar la temporada de jardinería del próximo año. Estos pasos te ayudarán a mantener tu jardín en óptimas condiciones durante todo el invierno hasta la llegada de la ansiada primavera.

 

8. La importancia del fertilizante orgánico

El invierno es una temporada excelente para remover y airear la tierra así como para agregar fertilizante orgánico, con lo que conseguiremos que para la llegada de la primavera el jardín esté en unas condiciones óptimas.

Recuerda que el abono siempre debe ser orgánico como humus de lombriz, mantillo, etc. La razón es porque con ello se mejora la estructura del suelo, se reponen nutrientes y también se eleva ligeramente la temperatura de la tierra.

Aunque la humedad esté más presente en esta temporada, el jardín tiene que ser regado, aunque no con tanta frecuencia como en otras estaciones. Lo que debemos evitar hacer es regarlo por la noche dado que en las zonas donde hace más frío, el agua puede congelarse y provocar daños.

Otro consejo muy útil es la aplicación de aceite de invierno sobre los troncos de los árboles de hoja caduca y también sobre las ramas sin hojas. Con ello se consigue prevenir el desarrollo de hongos, ácaros y pulgones con la llagada de la primavera.

No obstante, cuando el invierno se acerca, trae consigo la inevitable ralentización de la actividad en el jardín. Las hortalizas llegan al final de su vida útil y empiezan a sucumbir al frío y las heladas. Después del apuro de la siembra de primavera y del pico de la cosecha del verano, es tentador cerrar la puerta del jardín y dejar que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, unos cuidados mínimos evitarán tener que trabajar en el jardín demasiadas horas llegada de nuevo la primavera.

 

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